Recientemente publicamos en el blog una serie de consejos que te ayudan antes de la limpieza de la moto (ver artículo: «Consejos para limpiar tu moto sin dañar la pintura«).
Y hoy nos metemos de lleno en el ajo: técnicas, productos, orden… todo lo que necesitas saber lo encontrarás en las siguientes líneas.
¿Por dónde empezar la limpieza de la moto? Trucos y consejos
Nuestra tónica es: lo más difícil primero. Así es, las zonas más sucias deben absorber nuestra atención. El motivo es simple: es seguro que utilizaremos un producto desengrasante y requerirá de un mínimo de tiempo expuesto para hacer el efecto deseado.
Pero, ¿cuáles son las piezas más grasientas? Por lo general se distinguen enseguida con un simple vistazo: llantas, basculante, horquilla, motor, cadena…
Y aunque hay todo tipo de recomendaciones sobre productos caseros que se pueden aplicar, no hay nada como el limpiafrenos. Nos encanta este producto porque no daña la pintura en ningún caso y es muy efectivo a la hora de retirar la suciedad.
Mientras dejas que el producto actúe, localiza el jabón y la esponja junto con un par de cubos de agua. Es el turno del carenado y todas las zonas más visibles. Pon atención al sentido en el que limpias: siempre desde arriba hacia abajo. Así evitaremos ensuciar una parte que ya hubiese quedado limpia.
No olvides la parte frontal, que suele ser más costosa porque tiene incrustados mosquitos y más polvo de la propia circulación.
Además, ten en cuenta que el aclarado es igual de importante. No deben quedar restos de jabón pues, aparte del mal efecto estético, este podría dañar la pintura tras una exposición muy larga.
Ahora solo queda rescatar las piezas que estaban con producto, retirarlo y secar cada componente. También hay que engrasar la cadena.
Cuando examinas los componentes uno a uno con detalle es probable que detectes que hace falta una reparación. En ese caso, Fast Design es tu taller de confianza. Contáctanos sin compromiso.