El tiempo pasa, pesa y pisa, dice la sabiduría popular. A veces toca asistir al proceso en el que esa moto que tantas alegrías te ha dado va quedándose atrás. Para algunos, reparar una moto vieja es una pérdida de tiempo y dinero. Pero para otros significa revalorizar un bien preciado.

Incluso cuando la moto presenta un deterioro importante, conservarla a todo coste es algo fundamental para quienes profesan un amor incondicional a su vehículo de dos ruedas. Y es que el factor emocional tiene mucha relevancia a la hora de tomar esta decisión.

Reparar una moto vieja: ¿vale la pena?

Igualmente, en algunos casos se trata de modelos clásicos o ediciones limitadas que ya no se venden en la actualidad y cuyo valor es muy apreciado en el mundo del motor.

Sea cual sea la situación, esta es una elección personal. Sin embargo, hoy presentamos ciertos aspectos a considerar que pueden orientarte a la hora de tomar una buena decisión.

¿Qué tener en cuenta al reparar una moto vieja?

Todo depende de qué partes de la moto hayan soportado peor el paso del tiempo y en qué condiciones lo hayan hecho.

Por ejemplo, no es lo mismo una moto que ha estado parada, aparcada durante mucho tiempo, a otra que se ha usado de forma regular.

Tampoco tiene nada que ver un ejemplar que haya estado aparcado siempre en un garaje cubierto a que haya dormido en la calle.

Y al igual que estos detalles podríamos fijarnos en otros, tales como los km efectuados, revisiones y mantenimiento efectuado, etc.

Lo que sí podemos asegurar es que los daños estéticos tienen una solución sencilla, pues las reparaciones del carenado y la pintura no afectan al funcionamiento general de la moto.

Por supuesto, hay que tener presente que un modelo antiguo tendrá limitaciones tecnológicas si lo comparamos con los que están recién salidos al mercado.

Sin importar si decides venderla o conservarla en tu propiedad, es necesario repararla.

Fast Design actualiza motos antiguas, manteniendo o modificando el diseño original, según las peticiones del cliente.

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